¿cuánto más se permitirá que el poder económico dicte las reglas a costa del medioambiente y la seguridad de todos? Despues de la cosecha regularmente se queman los lugares donde se sembro principalmente trigo, pero en condiciones de altas temperaturas y fuertes vientos es facil que estos incendios se descontrolen y las responsabilidades de las autorizaciones de estos hechos desaparezcan entre la burocracia y el poder de las patronales agricolas y forestales. (foto de tvn)
Fuente: Werken Noticias
25 de marzo de 2025
En una decisión que ha levantado duras críticas, el delegado presidencial de La Araucanía, Eduardo Abdala, encabezó esta semana el Comité Regional de Gestión del Riesgo de Desastres, donde se autorizó la realización de quemas controladas en la región durante dos días. La medida, impulsada por la insistente solicitud de tres agrupaciones de agricultores de Cautín y Malleco —cuyos miembros son en su mayoría grandes terratenientes y latifundistas—, ha sido vista por muchos como una concesión peligrosa a los intereses privados por sobre el bienestar ambiental y comunitario.
La reunión contó con la presencia de figuras clave del sector agrícola, como Carlos Rojo, representante de la Sociedad de Fomento Agrícola (SOFO), Héctor Urban de la Asociación Gremial de Malleco, y Camilo Guzmán, presidente de la Asociación Gremial Agricultores Unidos de Chile. Junto a ellos, la Asociación de Municipalidades de La Araucanía también respaldó la decisión.
Desde el ámbito gubernamental, estuvo presente María Teresa Huentequeo, directora regional de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), entidad encargada de los aspectos técnicos de la autorización.
Una decisión a medida de los poderosos
La autorización de las quemas ocurre en un contexto crítico, con La Araucanía enfrentando condiciones climáticas adversas y una creciente preocupación por la crisis ecológica. Organizaciones medioambientales y comunidades Mapuche locales han denunciado que este tipo de medidas solo benefician a los grandes propietarios de tierras, mientras que los riesgos —incendios descontrolados, contaminación y afectaciones a la biodiversidad— son asumidos por la población en general.
El hecho de que la autorización haya sido impulsada principalmente por gremios agrícolas dominados por latifundistas, y avalada por el gobierno, refuerza la percepción de que el poder político sigue estando al servicio de los intereses privados. Mientras tanto, las comunidades rurales, indígenas y ambientalistas, que han sido históricamente excluidas de estas decisiones, ven con indignación cómo se sigue jugando con el destino de sus territorios.
El fantasma de los incendios forestales
No es la primera vez que se cuestionan este tipo de decisiones. En los últimos años, La Araucanía ha sido una de las regiones más golpeadas por incendios forestales, muchos de ellos vinculados a quemas mal gestionadas. Pese a ello, el comité liderado por Abdala parece haber hecho oídos sordos a las advertencias y ha dado luz verde a una práctica que, lejos de beneficiar a la población, responde a los intereses de unos pocos.
En un país que ha visto cómo la crisis climática golpea con fuerza, resulta alarmante que se sigan tomando decisiones que priorizan la rentabilidad de unos pocos sobre la seguridad ambiental. ¿Quién asumirá la responsabilidad si las llamas se salen de control? ¿Hasta cuándo las políticas seguirán estando dictadas por los grandes propietarios de tierras?
Por ahora, la autorización está dada, y con ella, la incertidumbre de qué pasará en los próximos días en los campos de La Araucanía. Mientras tanto, la pregunta sigue en el aire: ¿cuánto más se permitirá que el poder económico dicte las reglas a costa del medioambiente y la seguridad de todos?