«La voluntad política del Estado de llevar a cabo un diálogo con propósito, es el único camino que permitirá como primera prioridad, salvar las vidas de los huelguistas y comenzar de forma urgente a dar respuestas políticas a una situación histórica.»
La Comisión de DD.HH. del Partido Comunista solidariza con los huelguistas de hambre Mapuche y manifiesta su preocupación por el devenir político del conflicto en La Araucanía.
Por años se ha favorecido el uso indiscriminado de las tierras ancestrales, desde los españoles que las arrebataron, hasta las usurpaciones institucionalizadas de los diversos gobiernos, incluida la Dictadura civil – militar.
El Presidente Allende, en el marco de la aplicación de la Reforma Agraria, presentó un Proyecto de Ley que reconocía la Pluralidad Cultural de Chile, la Ley 17.729 fue promulgada en 1972. Ésta garantizaba la inserción de los PP.OO. en la sociedad. El Instituto de Desarrollo Indigena, IDI, fue el encargado de implementar una política integral de desarrollo, convirtiendo al Estado, a los pueblos originarios y a las universidades en aliados para este propósito.
Objetivamente, el gobierno del presidente Allende entregó 190.000 hectáreas de tierras a los Mapuche de la mano con transferencia tecnológica, semillas, ganado y apoyos de CORA, CORFO, IDI y otros.
Hoy, el Estado de Chile puede apoyarse en los tratados internacionales vigentes, para garantizar la protección y defensa de los PP.OO. El proceso de “Diálogo por la Paz” que ha iniciado el gobierno del presidente Boric, como una forma de resolver el histórico conflicto, tiene la oportunidad única de resignificar la relación de los Mapuche con el Estado, en especial en momentos de casi 3 meses de huelga de hambre.
Las demandas son todas posibles de contestar positivamente, si se aplica el Convenio 169 de la OIT, que garantiza los Derechos Culturales y Espirituales de los PP.OO. Además que reconoce el derecho a tener derechos de los presos, aunque estén detenidos.
La voluntad política del Estado de llevar a cabo un diálogo con propósito, es el único camino que permitirá como primera prioridad, salvar las vidas de los huelguistas y comenzar de forma urgente a dar respuestas políticas a una situación histórica.